La Diputación de Tarragona y el Museo de Valls homenajean al pintor y activista Ignasi Mallol

Valls. Costa Dorada. El Museo de Valls se llenó de autoridades y público la noche del pasado viernes 4 de junio para rendir un homenaje al pintor tarraconense Ignasi Mallol. El acto incluía la inauguración de la exposición "Ignacio Mallol, la tranquilidad perdida de un hombre, de un país" y la presentación del libro "Ignacio Mallol. La Cataluña quiescente", editado por la Diputación de Tarragona y la Viena Ediciones. El presidente de la Diputación de Tarragona, Josep Poblet, asistió al evento, que reunió a numerosas autoridades, entre las que destaca el alcalde de Valls, Albert Batet, la concejala y presidenta de la Fundación Pública Municipal del Museo de Valls, Rocío Martínez, el vicepresidente de la Diputación Miguel Ángel López Mallol, y el director del Museo de Valls, Jordi París. Todos ellos pusieron de manifiesto la importancia de este pintor, no sólo a nivel artístico, como destacado paisajista, sino también como precursor de la cultura en todo. Según manifestaba Miguel Ángel Codes, autor del libro y comisario de la exposición, "Mallol, a parte de ser un pintor de una altísima calidad es un artista poliédrico", subrayando que "a él, las comarcas de Tarragona le deben mucho" , ya que como coordinador de las tareas de salvamento del patrimonio tarraconense salvó muchas obras de arte y del patrimonio histórico-artístico que corrían el peligro de ser destruidas a consecuencia de la Guerra Civil. Ignasi Mallol-net-en representación de la familia expresó la emoción y el reconocimiento de todos ellos por considerar que un acto con este era un merecido reconocimiento a una persona que en el año 1940 es exilió en Colombia, ya una persona que ha realizado una aportación singular a la cultura de nuestro país. El alcalde de Valls, Albert Batet, señaló que tanto el libro como la exposición, servirá para dar a conocer la vida y obra de un artista tan vinculado a la ciudad de Valls. Cerró el acto el presidente de la Diputación, Josep Poblet, quien manifestó que tanto el libro como la exposición se había presentado en la ciudad de Valls por las muchas vinculaciones de Ignasi Mallol con la capital del Alt Camp y resaltó el hecho que el público de Valls tiene el privilegio de explicar con el libro y complementarlo con el visionado de las pinturas originales del artista, unas obras cedidas por diferentes museos catalanes para esta ocasión. Exposición-homenaje La exposición "Ignacio Mallol, la tranquilidad perdida de un hombre, de un país", que se puede visitar hasta el 18 de julio, muestra la obra y la vida de este autor, fuertemente sacudida por el estallido de la Guerra Civil. Así pues, a partir de una fotografía de Mallol pintando en 1940 un paisaje de Colombia (poco antes de morir), el espectador puede recomponer su vida y descubrir su interesante pintura paisajística, además de enterarse de todas las acciones culturales que emprendió. La muestra cuenta con una veintena de piezas de Ignasi Mallol y una pequeña muestra de otros artistas amigos suyos, como los escultores Esteve Monegal y Joan Rebull, o pintores como Francesc Vayreda y Vicenç Solé, para dar una visión más amplia de la trayectoria vital del artista. Las obras provienen de diversos museos y colecciones, como el Museo de Arte Moderno de la Diputación de Tarragona, que precisamente acogió en 1991 la primera y única exposición dedicada al artista. La Colección Tamarit dedica el 26 º volumen a Ignasi Mallol En cuanto al libro, que lleva por título "Ignasi Mallol. La Cataluña quiescente", la obra es el volumen número 26 de "Colección Tamarit", que edita la Diputación de Tarragona y Viena Edicions con el objetivo de divulgar el arte llevado a cabo en las comarcas de Tarragona por autores locales o foráneos que hayan tenido una estrecha relación con el territorio. El autor de la obra, el historiador Miguel Ángel Codes Luna, ya la vez comisario de la exposición, hace "una excelente aportación al conocimiento del pintor tarraconense", en palabras de Josep Poblet en el prólogo del libro. Poblet añade también que la obra "responde a la esencia del novecentismo" con "la sensación de reposo, serenidad y calma".  

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